El mantenimiento eléctrico consiste en realizar inspecciones en el equipamiento eléctrico de cara a facilitar la detección de estos posibles problemas en su rendimiento, bien mediante acciones correctivas (respuesta a incidencias puntuales), bien preventivas (comprobaciones rutinarias con cierta periodicidad).
El mantenimiento eléctrico contribuye a garantizar la seguridad, funcionalidad y longevidad de un sistema eléctrico residencial. Para los propietarios de viviendas, implica una serie de medidas preventivas, inspecciones y reparaciones para abordar posibles problemas, minimizar riesgos y optimizar el rendimiento de los componentes y equipos eléctricos.