Las políticas energéticas en general son un conjunto de directrices y decisiones adoptadas por un gobierno o una entidad reguladora para gestionar y dirigir la producción, distribución y consumo de energía dentro de una región o país. Las regulaciones para generación distribuida establecen los requisitos técnicos, económicos y de seguridad para la instalación y operación de sistemas de generación distribuida, como paneles solares en viviendas o pequeñas turbinas eólicas.
La política energética de Ecuador, liderada por el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables, se centra en proyectos importantes para el desarrollo del país, asegurando un suministro eléctrico confiable, de calidad, económico y con menor impacto ambiental.
La generación distribuida es parte integral de esta planificación energética del Ecuador, respaldada por la constitución y por un marco regulatorio que fomente políticas energéticas sostenibles. Se busca aumentar el uso de fuentes renovables o tecnologías emergentes como la solar, eólica, biomasa y geotermia para reducir la dependencia del petróleo en la generación de electricidad. Se reconoce la necesidad de reformar la regulación energética para promover un equilibrio en el uso de estas fuentes renovables, garantizando así el desarrollo sostenible del país.